Renta, Roomies o Mamá ¿Dónde Vives Afecta Tu Riqueza?
- elisa urbán
- 7 may
- 3 Min. de lectura

Tu situación de vivienda no es solo una etapa o una comodidad temporal; es una decisión financiera de alto impacto. En un país donde la independencia se percibe como un lujo millennial, vivir con tus papás puede parecer la jugada más inteligente… o la más costosa emocionalmente. En este artículo vamos a romper con ideas cómodas y darte perspectiva real: ¿cuánto te está costando (o ahorrando) tu estilo de vida actual?
Spoiler: el lugar donde duermes puede estar saboteando —o acelerando— tu libertad financiera.

Vivir con tus papás
¿Es ahorro o anestesia?
A nivel numérico, suena perfecto: cero renta, menos gastos de comida, luz, agua o internet. Puedes ahorrar hasta el 60% de tu ingreso si lo haces bien. Pero aquí viene el punto incómodo: muchos jóvenes que viven con sus papás no están ahorrando más… están gastando más. El “no pago renta” muchas veces se convierte en “me doy más gustos” — y esos gustos rara vez construyen patrimonio.
Además, vivir con tus padres prolonga la ilusión de seguridad. Te acostumbras a que siempre hay refri lleno, alguien que paga Netflix y un cuarto donde nadie te cobra si llegas tarde. Pero si mañana eso se acaba, ¿puedes sostenerte solo?

Roomies
El equilibrio entre independencia y ahorro
Compartir departamento se ha vuelto una salida común para jóvenes entre 24 y 34 años. Pagas menos que si vivieras solo, pero ganas más control sobre tus horarios, tus hábitos y tu espacio. También te expone a realidades adultas: lidiar con cuentas, contratos, y la tolerancia a otros seres humanos que no son tu familia.
Desde el lado financiero, es una jugada estratégica si lo aprovechas para crear tu primer fondo de emergencia, empezar a invertir, o simplemente organizar tus ingresos. Lo que no debes hacer: aumentar tu gasto en estilo de vida porque “ya me independicé”.
Tener roomies te da la estructura ideal para construir riqueza mientras aprendes a administrarte. Pero si lo vives como excusa para seguir “en modo estudiambre con salario”, te vas a estancar igual.

Vivir solo
Libertad que vale si estás listo
Vivir solo es una decisión potente. Tú decides qué comes, cuándo llegas, cómo manejas tu espacio y tus gastos. También es una realidad financiera dura: todo corre por tu cuenta. La renta promedio en CDMX para una persona sola en zona media-alta supera los $12,000. Suma servicios, despensa, transporte, mantenimiento y verás que necesitas al menos $20,000 mensuales solo para vivir con estabilidad.
Pero si lo haces con planificación, vivir solo puede ser la mayor palanca de crecimiento personal y financiero. ¿Por qué? Porque no hay plan B. Eso te obliga a tener orden, visión y metas claras. Quien logra vivir solo sin endeudarse, usualmente también está invirtiendo, ahorrando y aprendiendo.
El punto central
¿Lo que pagas hoy te da más libertad mañana?
Lo importante no es si vives con tus papás, roomies o solo. Lo clave es si la decisión está alineada con tu visión de vida. Si vives con tus papás pero no estás ahorrando, no estás ganando nada. Si te vas a vivir solo pero cada mes terminas con $300 en la cuenta, estás en modo supervivencia, no independencia.
La mejor elección es la que te permite avanzar. Libertad financiera no es tener un depa bonito: es poder tomar decisiones sin miedo a quedarte en ceros.
Conclusión
Donde vives refleja tu estrategia, no tu edad. Dejar el nido no es obligatorio a los 25, y quedarte en él no es un fracaso. Pero no puedes quedarte donde estás solo por miedo, comodidad o presión social. Haz cuentas. Ponle nombre a tus metas. Y sobre todo, toma decisiones que construyan, no solo que “aguanten”.
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